Rachid Lamarti es un poeta español (también le agrada que lo adjetiven de “mediterráneo”). En Taiwán se gana la vida como profesor de lengua y cultura española (¿y de qué otra cosa podría vivir un poeta español en Taiwán?) en la Universidad de Tamkang. En él conviven, podría decirse que en permanente intercambio crítico y celebratorio, vivencias, sensibilidades y resonancias hispánico-cristianas, musulmanas y chinas.
Té de tucán reúne una serie de textos en prosa poética que el autor fue guardando, según declara en el texto introductorio, “dentro de una vieja tetera de barro”, hasta que llegó el momento de liberar a “esos pájaros que viven en mi cabeza”. Rachid nos propone su particular “atlas del archipiélago” de Taiwán, traducido en un viaje de experiencias y ensoñaciones por las aldeas, ciudades e islas que integran este grupo insular, la Formosa de los portugueses. El té sirve como hilo conductor —o más bien como vívido entrelazamiento de sabores y aromas— de este viaje poético por la geografía física y espiritual taiwanesa. Té bebido y vivido, té oolong, té rojo, té erotizante, té fermentado: “Hago durar el té. Me deleito con su aroma y mi mente se escurre por el lado curioso de la realidad. Beber té aligera el pensamiento o lo aclara”. Y así el itinerario del té nos regala imágenes sugestivas: el desván de Sésamo en Baladona repleto de mapas, la casa de la infancia, un simulador espacial para viajar hasta el interior de un agujero negro, los animales raptados por un vejestorio (Noé, claro) en “aquel hazmerreír de barco”, los dioses que “beben como esponjas y aun así a duras penas logran saciar su sed”, los lingüistas que “se encargan de intrincarlo todo con filaterías”, los sofismas de los yonquis, un hombre abandonado por su mujer, o las palabras pintadas en el cristal de una ventana del metro, y nos remite también a Jesús de Nazareth, Ibn Arabi y divinidades chinas. Imágenes destiladas en prosa exquisita: “El tucán (al igual que la luciérnaga, el pez globo y el ornitorrinco) sugiere que la naturaleza se subvierte en ocasiones a sí misma o se deja llevar”.
Es un viaje estimulante y reflexivo a través de la toponimia taiwanesa, y asimismo una transparente travesía hacia el fondo de la invención poética.
Dr. José Ramos, Universidad de Tamkang
Para mí la escritura de Rachid Lamarti resulta interesante e inquietante a partes iguales. Son pocos los escritores en lengua española capaces de aunar la tradición mediterránea, oriental e hispánica con la sensibilidad que Lamarti plasma en sus libros. A veces parece Wang Wei, otras Borges y otras cualquiera de los grandes poetas árabes clásicos. En su escritura nos regala términos y juegos de esas tres tradiciones construyendo una lírica mestiza deslumbrante. Sus textos son tan raros y atractivos como los del poeta y dramaturgo Minke Wang, a quienes algunos de vosotros conocéis. Ante esa rareza y fascinación, yo mismo escribí el prólogo de su primer trabajo titulado "Hacia Kunlún", un libro excepcional. Después, Rachid ha publicado el maravilloso "Poemario del agua" y este singular "Té de tucán", que recuerda a Borges, a Rafael Pérez Estrada y a los maestros orientales de la microficción. Sin embargo, Lamarti emerge de ese cúmulo de tradiciones como una carpa en el río que contemplamos y nos sonríe con humor e ironía.
Óscar Curieses, escritor
Té de tucán
- 2019
- ISBN: 978-986-4951-8-9
- 111頁 (黑白印刷)
- 140 x 200 mm
- 平裝
- 西班牙文
- Rachid Lamarti